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Los Mundos de Barnaby

Barnaby Dickerson es un famoso escritor que despierta de un profundo coma después de diez años y descubre que los personajes de sus historias han cobrado vida y viven todos juntos en una dimensión paralela. A medida que descubre la verdad sobre el mundo opresivo en el que ha despertado, Barnaby debe utilizar su ingenio para luchar contra las fuerzas de la tiranía. Con la ayuda de un cowboy, McCooper el magnífico, y un pirata, el capitán Boyle, dos de los personajes de sus muchas novelas de éxito que deciden viajar hasta el mundo real para encontrar a Barnaby, su creador, y se embarcan en una búsqueda para salvar al mundo de una amenaza inminente y recuperar su hogar. Por el camino, Barnaby aprende que el mayor poder no reside en las historias que crea, sino en el valor de su propio corazón.

A día de hoy, desgraciadamente, de cada diez historias que se publican y adaptan, nueve son remakes, secuelas o precuelas de algo que ya funcionó, lo que pone de manifiesto una inaudita cobardía por parte de la industria, donde prevalece ir a lo seguro y no apostar por historias originales. Esta situación ha dado como resultado un intelecto de lo más artificial, una mediocridad generalizada e instalada en nuestra realidad actual. Los mundos de Barnaby es una novela gráfica cautivadora, una historia de valor, aventura y autodescubrimiento.

Gracias a todos y a todas por apoyar mi arte.

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Publicado por en julio 8, 2023 en General

 

El subtexto y los silencios

Hace unos días Javier Meléndez escribía en su fantástico blog: “lasolucionelegante”, sobre los peligros de no usar correctamente el subtexto, quisiera hablar también de este peliagudo concepto además de remarcar la importancia de los silencios en el lenguaje cinematográfico, esa cuarta dimensión llena de intencionalidad, de acción y por lo tanto de subtexto, un gran elemento de significación.

El silencio trata de decir de lo que no se puede decir, aunque paradójicamente cuando hablamos de cine, si dice y mucho, sobre todo en los diálogos, aunque esté presente en toda la narración a modo de subtexto, justo lo que hace que al final del recorrido entendamos la profundidad de lo que la historia y sus personajes tratan de explicarnos, es como un secreto direccional, que poco a poco se desvela y muestra todas sus consecuencias. Mucho es lo que se dice cuando no se dice nada. El silencio se convierte en el motor que hace avanzar la historia y en el activador de la incertidumbre en el espectador. Los diálogos de los personajes se insertan en esta ilusión de realidad. El diálogo es la manifestación externa de los personajes como seres vivos dentro de la ficción en el transcurso del discurso, durante el cual, además, el espectador puede asistir a su evolución manifestada también en su modo de hablar y en su modo de callar al enfrentarse a los otros. El cine apela al sentido de la realidad del espectador que es consciente de la irrealidad del relato cinematográfico, pero que lo contempla como un acontecimiento real que sucede en presente. El deseo del personaje procede de una motivación. El personaje tiene una razón para hacer y para decir o no decir. Esta motivación puede ser inconsciente o manifiesta, pero en todo caso sembrada a lo largo del relato. Lo que no se muestra o no se dice permanece oculto hasta que es desvelado por el propio personaje o por otro personaje en el transcurso de los acontecimientos.

El silencio en el diálogo no es un vacío, ocupa tiempo en el discurso cinematográfico. El no hablar o el callar es su significante, que es plenamente percibido por el espectador a través de otros códigos (gestual, secuencial, fotográfico, pictórico, etc.) que intervienen en la imagen cinematográfica. En este tiempo en el que permanece la imagen y la palabra se interrumpe, tornándose ausencia, se encuentra el significado del silencio. Si la elipsis es un vacío de significante en el discurso (no ocupa tiempo ni espacio) y nos remite a la historia para encontrar su significado, el silencio encuentra su significante y su significado en el propio discurso, ocupando tiempo y espacio. El silencio dialógico en el cine no equivale a falta de sonido, sino a ausencia de palabras en presencia de imágenes.

En el relato cinematográfico el espectador interpreta los silencios y palabras expresados en el diálogo a través del subtexto, entendido éste como la suma de circunstancias que se muestran en una escena y en las que están inmersas el personaje, la situación y las palabras y silencios que componen las frases y su intencionalidad. La lógica narrativa, de la que da cuenta la trama a través de momentos de siembra y recogida de conexiones, es la clave para que el espectador interprete el subtexto.

El subtexto es un término de origen teatral que se conceptualiza a finales del siglo XIX. Constantin Stanislavski fue su primer teórico e impulsor. No es coincidencia que esto suceda cuando la psicología freudiana se ha desarrollado y penetra en las vanguardias artísticas (simbolismo, surrealismo, etc.) que comienzan a interesarse por la mente y los mecanismos ocultos que hacen actuar al ser humano. Stanislavski, que viajó por todo el mundo, influyó en EE.UU en la creación de distintas escuelas de interpretación, como la de Lee Strasberg, el conocido profesor de actores como Marlon Brando, Paul Newman, Al Pacino, etc… y que fundó el Actor’s Studio con el director Elia Kazan. O Sanford Meisner, de cuya escuela surgieron el dramaturgo y director cinematográfico David Mamet o William Layton, que introdujo el llamado “método” en España.

La característica principal del subtexto es que enriquece el contenido en distintos planos y dimensiones de la ficción que el contenido aparente del diálogo no aporta directamente, pero que sugiere implícitamente en el uso del lenguaje y en el modo de actuar de los personajes creando de este modo una visión más completa de lo que está viviendo. Es el contenido que no se enuncia en un texto, pero que sumergido en el relato cinematográfico, se expresa por medio del comportamiento del personaje a través, por ejemplo, del ocultamiento y los sobreentendidos. El silencio forma parte del texto, puesto que también se enuncia, no es una metáfora, como algo que sustituye a otra cosa.

Stanislavski acuñó una frase en “La construcción del personaje”: “Lo más importante del texto está en el subtexto”. Esto hace referencia a que la plena significación de lo que se dice se encuentra precisamente en lo que no se dice o en el cómo se dice, en aquello que está latente en el diálogo de los personajes. Los personajes no sólo hablan con palabras, sino con la intencionalidad de las palabras y los silencios que acompañan a esas palabras. Dicho de un modo rotundo, el sentido último de lo que dicen los personajes está precisamente en lo que no dicen. Es la parte oculta de un iceberg, mientras que el texto es la parte que se muestra a simple vista. Es el mundo interior del personaje y sus circunstancias; las razones secretas que el personaje no quiere descubrir conscientemente a los demás; las razones que el personaje se oculta a sí mismo (es decir, su inconsciente); la ironía, la sátira, el sarcasmo, la hostilidad encubierta, el deseo de herir sin descubrirse; la reacción que surge en el interior del personaje al escuchar a los otros personajes, sus frases y comportamiento; la reacciones que se producen durante los silencios y que activan el monólogo interior que quizás el personaje podría expresar verbalmente y no lo hace.

El subtexto no está expresado de un modo directo en el relato cinematográfico, puesto que entonces dejaría de ser subtexto y pasaría a ser texto. En cuanto al diálogo, el subtexto encuentra su referente en las acciones que contradicen lo dicho por los personajes y, sobre todo, en el acto del lenguaje, en el silencio significativo que alienta la imagen.

En el diálogo cinematográfico, como en la vida misma, el acto de hablar no es un discurrir de palabras. Es un discurrir de palabras y silencios. En un diálogo, el habla es un decir y un no decir y es la presencia de ambos elementos lo que lo dota de sentido dentro del relato. Son las relaciones entre ambos componentes lo que le da sentido a una frase, a un enunciado, a un discurso. Por tanto, palabra y silencio se vinculan muy estrechamente en el lenguaje cinematográfico.

 
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Publicado por en agosto 10, 2010 en Artículos, General, Guión, Novela

 

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