El principio de un guión es muy delicado, debe atrapar al lector, determinar el tono e imprimir gran cantidad de información en ese mundo cotidiano de presentación, al que Christopher Vogler denomina: EL MUNDO ORDINARIO.
Explicar las vicisitudes de nuestro protagonista al principio de la historia, su estado de ánimo, transmitir comparaciones respecto a su vida o a sus emociones de una manera eficaz y nada mejor para ello, que las metáforas. Ese estado de ánimo se consigue sobretodo hablando de tu historia, una y otra vez. Recorrerla y descubrir nuevas perspectivas que habían quedado en la sombra. La ambientación, dibujos, posters sugerentes o una música apropiada serán de gran ayuda para producir el efecto deseado. Gestos personalizados que captan la atención del público como lo hacen los grandes oradores con el “Érase una vez”.
El título proporciona también pistas importantes así como el tagline: esa frase que acompaña el titulo de la película. Pero sin duda alguna, un recurso muy oportuno y de gran fuerza es una “imagen inicial” correspondiente al segundo o tercer acto, una metáfora visual que invoca el mundo especial hacia donde se dirige nuestro protagonista y nuestra historia. Es un momento muy oportuno para sacar a la luz el tema. Una película siempre es sobre todo un tema, un asunto que nos preocupa por encima de todo y que debe ser tratado con el máximo respeto, sin confundir los términos, no es lo mismo la venganza que el resentimiento, aunque se puedan confundir e incluso coger de la mano. Se ha de alertar al público con lo que se va a enfrentar y muchas veces, empieza la historia justo donde acaba, dando un giro de 360º.
Hay tres maneras básicas de empezar la historia:
1-Con un prólogo, previo a la presentación de los personajes. Puede presentar un dato esencial y de fondo, orientar al público o abrir la narración con un fuerte impacto. Se intuye sobre que va a tratar la película aunque no es necesario ni deseable en todos los casos, depende de nuestra estructura.
2-Presentación del villano antes que el héroe, como la amenaza antes del antídoto o lo que es lo mismo, la aportación de nuestro protagonista al respecto, aunque aún no lo sepa.
3-Como hacen la mayoría de historias, presentando al héroe en su entorno habitual, en su mundo ordinario.
El Mundo Ordinario debe ser un claro contraste con el mundo inmediato que va a topar nuestro héroe, el cambio debe ser dramático y se debe cruzar un umbral, una puerta que lleva incondicionalmente hacia el mundo especial, hacia el segundo acto. Los problemas y conflictos del protagonista salen a la luz, algunos le perjudicaran y otros le ayudaran a lo largo de la historia. Imperfecciones, debilidades, habilidades o flaquezas, humanas y reales. Héroes vulnerables, rechazados, traicionados o decepcionados. Heridas, cicatrices o profundos problemas de naturaleza emocional, neurosis. Carecer de algo arrebatado, la pérdida de un ser querido, la falta de compañeros o amigos, no realizar una sencilla tarea son recursos para ver los conflictos, internos y externos del héroe. Es muy importante encontrarles defectos de la personalidad, dilemas morales, la confianza que tienen en ellos mismos, a no ser que sea un superhéroe. La construcción acerada de nuestros personajes, no solo para conocerlos e integrarlos como pegamento a la estructura de nuestra historia, sino para elaborar unos diálogos creíbles en el último paso de la elaboración del guión, es verdaderamente importante. De alguna manera necesitamos recrear el mundo especial a pequeña escala, como presagios sutiles que guiaran al espectador, siempre con ritmo y manteniendo el tono.
Una de las funciones más importantes del mundo ordinario está en apuntar la pregunta dramática: ¿Logrará el héroe su objetivo? ¿Superará sus conflictos? ¿Aprenderá la lección? Es muy importante la entrada en escena del héroe. ¿Qué experimentará el público cuando lo vea? Su acción principal debe decirnos cosas sobre él, es una fabulosa oportunidad para definir y revelar al personaje, de expresar su actitud y sus preocupaciones, su estado emocional. Una atmósfera adecuada habla muchas veces de nuestro protagonista incluso antes que él. Hemos de crear un fuerte vínculo con la audiencia, de simpatía y de intereses comunes, como la compasión o la comprensión que sentimos hacia el héroe. Todavía más importante es la identificación, el espectador es el héroe, con los mismos objetivos, impulsos, deseos o necesidades universales. Impulsos como el reconocimiento, el afecto, la aceptación o la comprensión. Un vínculo directo entre el héroe y el espectador. La EXPOSICIÓN es el arte de revelar con gracia los antecedentes y cualquier otra información sobre la trama, pistas visuales o datos importantes que se suceden mientras el personaje anda o corre a través de la línea estructural de nuestra historia. Mucho es lo que revela la gente que NO hace o NO dice.
Por último debo insistir en lo importante del TEMA, lo que en realidad hace que escribamos una historia, algo que nos corroe en el interior hasta que le damos salida. ¿De qué trata realmente la historia? Auque no sea literal ni se diga explicitamente en toda la historia. ¿Cuál es la idea? Amor, confianza, traición, vanidad, prejuicios, codicia, ambición, amistad. ¿Qué intentamos decir? Es una premisa, algo estipulado de antemano, una anticipación que debe estar presente no sólo en el mundo ordinario, sino a lo largo de todas las etapas.
La presentación de nuestro héroe es crucial, se presenta faltado de sincronía, en otra sintonía pero obligado a seguir hacia delante, se ha de adaptar a un nuevo mundo que está a punto de descubrir y aunque se engañe y lo quiera esquivar, de una u otra manera, nuestro héroe cruzará el umbral con una nueva y desconocida energía: LA LLAMADA DE LA AVENTURA, pero eso amigos, será en la próxima entrega.